Causado por la costumbre de que la materia fecal y las carnes descompuestas atraen a las moscas, se implican a las moscas con la transmisión de enfermedades, tal como la disentería, la cólera, y la fiebre tifoidea.
Allí donde el hombre vive hay, con seguridad, alimentos y desechos. Habrá, por lo tanto, moscas.
Así, la conocida mosca doméstica acompaña al hombre desde tiempo inmemorial. Y desde tiempo inmemorial es un peligro, por su capacidad para transmitir enfermedades, básicamente digestivas.
¿Debemos por eso acabar con las moscas? En todo caso, también hay argumentos en favor de estos insectos. Sin ellos: ¿quién se ocuparía de deshacerse de los cadáveres de los animales muertos? Buena pregunta.
En realidad, con el nombre común de mosca se denomina a una enorme variedad de dípteros. Vale decir, de insectos que tienen un solo par de alas bien desarrollado, en tanto el segundo par aparece muy reducido. Hay moscas de formas y tamaños y colores y costumbres muy diferentes entre sí.
Algunas, como los tábanos, chupan la sangre de animales y eventualmente también del hombre. Pero la mayoría sorbe materias orgánicas, aún en descomposición.
Entre las más conocidas están las moscas azules o moscas de la carne; las que viven sobre la piel de ciertas aves; las que parasitan en mamíferos, como la mosca equina. Este insecto deposita sus huevos en la piel de los caballos, que al lamerse tragan las larvas. Estas se fijan en la pared estomacal, donde se desarrollan, y se desprenden luego para salir al exterior con los excrementos.
Muy conocida también es la mosca de la fruta. Ella detecta el sabor de las frutas podridas con su boca pero también con sus patas. Como es muy pequeña –de dos a tres mm, no más- sus diferentes especies no se distinguen a simple vista.
Ficha técnica
Nombre vulgar: Mosca de la fruta
Nombre científico: Drosophila
Tipo: Artrópodo
Clase: Insectos
Orden: Dípteros
Suborden: Braquíceros
Distribución: Todo el planeta. Hábitat: Donde hay frutas, ya sea en o junto a los árboles, ya sea en casas, fruterías, etc.
Así, la conocida mosca doméstica acompaña al hombre desde tiempo inmemorial. Y desde tiempo inmemorial es un peligro, por su capacidad para transmitir enfermedades, básicamente digestivas.
¿Debemos por eso acabar con las moscas? En todo caso, también hay argumentos en favor de estos insectos. Sin ellos: ¿quién se ocuparía de deshacerse de los cadáveres de los animales muertos? Buena pregunta.
En realidad, con el nombre común de mosca se denomina a una enorme variedad de dípteros. Vale decir, de insectos que tienen un solo par de alas bien desarrollado, en tanto el segundo par aparece muy reducido. Hay moscas de formas y tamaños y colores y costumbres muy diferentes entre sí.
Algunas, como los tábanos, chupan la sangre de animales y eventualmente también del hombre. Pero la mayoría sorbe materias orgánicas, aún en descomposición.
Entre las más conocidas están las moscas azules o moscas de la carne; las que viven sobre la piel de ciertas aves; las que parasitan en mamíferos, como la mosca equina. Este insecto deposita sus huevos en la piel de los caballos, que al lamerse tragan las larvas. Estas se fijan en la pared estomacal, donde se desarrollan, y se desprenden luego para salir al exterior con los excrementos.
Muy conocida también es la mosca de la fruta. Ella detecta el sabor de las frutas podridas con su boca pero también con sus patas. Como es muy pequeña –de dos a tres mm, no más- sus diferentes especies no se distinguen a simple vista.
Ficha técnica
Nombre vulgar: Mosca de la fruta
Nombre científico: Drosophila
Tipo: Artrópodo
Clase: Insectos
Orden: Dípteros
Suborden: Braquíceros
Distribución: Todo el planeta. Hábitat: Donde hay frutas, ya sea en o junto a los árboles, ya sea en casas, fruterías, etc.
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